martes, 12 de septiembre de 2017

La Gran Campaña por el Centro de Siria (EAS vs ISIS)



La Gran Campaña por el Centro de Siria
Fuerzas enfrentadas:
Ejército Árabe Sirio y aliados contra el Estado Islámico.
Fecha:
Verano de 2017, del 12 de agosto al 5 de septiembre.

Salvo contadas excepciones la guerra de Siria ha sido desde el principio un enfrentamiento lento, como un combate entre tortugas. Sin embargo en el desierto central de Siria por la propia orografía y la despoblación del terreno se ha impuesto una cierta guerra de movimientos que ha alcanzado su cenit durante la ofensiva móvil del régimen que culminó con el levantamiento del sitio de Deir ez Zor, que llevaba durando dos años. 
Resumen de la batalla. Wikipedia.
 La previa 

Tras la eclosión del Estado Islámico en 2014, a principios de 2015 parecía que se había detenido definitivamente su expansión territorial, sin embargo nadie se lo había dicho a los yihadistas quienes a principios de 2015 lanzaron una serie de acciones ofensivas en dirección a Taqba y a Palmira alcanzando un gran éxito y obligando a las fuerzas oficialistas a abandonar todo el desierto central de Siria. Sin embargo un importante contingente concentrado en Deir ez Zor; una urbe sita junto al río Éufrates, apoyado por otras tropas gubernamentales en retirada lograron establecer un perímetro defensivo, quedando rodeados.

A lo largo del tiempo se produjeron numerosos tiras y afloja: El gobierno reconquistó Palmira, pero los yihadistas la recuperaron durante un ataque por sorpresa a principios de 2017, pero a finales de primavera esta había regresado a manos del gobierno. Mientras tanto el ISIS sufría su mayor derrota militar en Mosul, tras más de 250 días de combates, y además su otra gran ciudad, Raqqa había sido rodeada por los kurdos quienes también habían conquistado otro importante enclave, Taqba.

Así las cosas y habiendo perdido toda posibilidad de participar en la batalla de Raqqa, algo que el régimen había deseado, se buscó el siguiente gran objetivo: Recuperar todo el desierto central de Siria y finalmente romper el sitio de Deir ez Zor donde la situación iba empeorando paulatinamente. Era necesario hacerse con la mayor tajada posible de los restos del Califato antes de que los kurdos o los grupos rebeldes se hicieran con ella, de esta forma se concentraron fuerzas para iniciar una gran campaña contra el Daesh.

Los desafíos

Los problemas para planificar semejante acción no eran pocos, en primer lugar a las condiciones de por si complicadas del clima desértico se unía una orografía complicada y apta para la ocultación y la emboscada, habilidades en las que ISIS se había mostrado todo un maestro. Peor aún era el recuerdo de las últimas batallas que se habían librado en el desierto, en primer lugar porque en el verano de 2016 los gubernamentales lanzaron una ofensiva contra Taqba que avanzó 40 Km en sólo unos días, pero que terminó en un fracaso rotundo cuando los yihadistas contraatacaron cortando las expuestas líneas de abastecimiento y arrollando a las posiciones de cabeza, lo que terminó en una derrota total que devolvió a los Assadistas a la casilla de salida. Más reciente aún estaba la ofensiva por sorpresa que el ISIS lanzó a principios de 2017 contra Palmira en la que capturaron varias decenas de carros de combate y en la que incluso una unidad de zapadores rusos se vio obligada a huir dejando los platos aún humeantes.

En particular había quedado demostrada la capacidad de ISIS para emplear medios acorazados para la ofensiva en el desierto, así como su capacidad para pasar inadvertidos al reconocimiento y a la inteligencia enemigas aprovechando además las tormentas de arena para lanzar sus ofensivas. Otro elemento preocupante eran los numerosos coches bomba empleados por los yihadistas y que ya habían protagonizado la victoria de ISIS en Taqba un año antes.

La logística también era un problema, y más aún si se pretendía lanzar un ataque desde varios ejes, ya que la única carretera digna de tal nombre era la que otrora recorrieron las legiones de Roma o la Ruta de la Seda para atravesar el desierto sirio, e iba desde Deir ez Zor hasta Palmira, ambas urbes marcan los límites oriental y occidental respectivamente del desierto central. A lo largo de dicha carretera existen varias pequeñas localidades con red eléctrica y pozos de agua.
Árido y desierto, así es el centro de Siria donde tuvo lugar la campaña que trataremos.
En cuanto a las ventajas el ISIS estaba muy debilitado después de sus combates contra Iraq y contra los kurdos, además durante el mes de julio se había ganado el flanco norte de los yihadistas. De otro lado las numerosas bolsas de resistencia rebelde en Siria occidental ya habían perdido toda capacidad ofensiva, y el último baluarte rebelde con potencial ofensivo situado en la provincia de Idlib estaba tranquilo y recuperándose de las heridas de la batalla de Alepo, por último los acuerdos con Rusia habían estabilizado la situación en la zona ocupada por los turcos durante la Operación Escudo del Éufrates. Quedaban así numerosas unidades del régimen con las manos libres para ser concentradas en la campaña contra Daesh en el centro de Siria.

A todo lo anterior hemos de sumar los refuerzos materiales que desde principios de 2017 habían llegado al escenario sirio, y en particular grandes cantidades de carros de combate T-62M que sin ser grandes carros gracias a su appliqe BDD y al hecho de poseer manguitos térmicos y telémetros láser eran mucho mejores que los baqueteados T-62 y T-55 que se encontraban en la zona. A ello hemos de añadir contingentes del potente VCI BMP-2 y a la llegada de armas rusas que estaban siendo puestas a prueba en el campo de batalla y que tenían un gran potencial, como el Vehículo de Apoyo Pesado BMPT, la pieza de artillería autopropulsada MSTA-S y otras armas también modernas como los T-90 y los T-72B3, entre otras.

 
Los VCI como este BMP-2 han tenido un papel importante en la campaña por el centro de Siria. 
Preparativos y misión

Mapa de los planes oficialistas, día 8 de agosto.
Para organizar la ofensiva se tomaron aproximadamente dos semanas de preparación, entre el 27 de julio y el 12 de agosto aproximadamente, y los objetivos aparentes serían realizar dos movimientos en pinza, en el caso de la pinza oriental el principal eje de ataque vendría desde el norte, y en el caso de la pinza occidental el principal eje de ataque vendría desde el sur.

El primero y más occidental de los ejes de ataque partiría de una zona de relieves (marcada 3 en el mapa) dominada por el pico de Jabal Shaer que habría de ser tomado antes de proseguir el avance, a continuación el terreno sería menos complicado, pero no exento de accidentes del terreno idóneos para la emboscada, sin embargo con Jabal Shaer en su poder los oficialistas contarían con el mejor puesto de observación de toda la zona. A continuación las tropas habrían de avanzar 50 Km para cerrar la pinza, para ello además contarían con el apoyo de un segundo ataque menor desde el norte de la pinza (marcado 4 en el mapa). 
Imagen por satélite de la zona de Jabel Shaer.
 Simultáneamente y para presionar al máximo a las reservas del ISIS se organizaron otros dos ataques significativos al suroeste (marcado 1 en el mapa) y al noroeste (marcado 2 en el mapa).

El segundo movimiento de pinza avanzaría desde el norte (marcado 6 en el mapa)  liderado por un  hollywoodiense asalto vertical nocturno protegido por los avanzados helicópteros Ka-52 y los Mi-8AMTSh (versión armada del Mi-17). De esta forma no más de treinta hombres fueron insertados a entre tres y cinco kilómetros del difuso frente en la localidad de Kadir, quizás para proteger los flancos de las columnas acorazadas que unas horas después se dirigirían hacia el importante pueblo de Al-Kawm.

Este ataque desde el norte buscaba desestabilizar a ISIS, que había perdido la localidad clave de As-Sukhna en plena ruta Palmira-Deir ez Zor y en aquellos momentos estaba concentrando sus esfuerzos en esa zona donde los combates estaban siendo intensos.

Al ataque desde el norte se uniría la presión que deberían hacer las tropas que recientemente habían tomado As-Sukhna (marcado 5 en el mapa), sin embargo el desgaste de estas unido a que ISIS había concentrado sus esfuerzos precisamente en esa zona complicaría su avance, pero no obstante serían importantes para fijar a las fuerzas del Califato.

Esta pinza debía cubrir unos 40-50 Km de terreno relativamente llano, árido y despoblado, mucho menos complejo que el que tendrían que cubrir en el otro eje de ataque, ya que era menos propicio para las emboscadas.

En cuanto a los flancos existían dos, de un lado el flanco sur (marcado 8 en el mapa)  junto a la frontera con Iraq al sur de Al-Bukamal, otra zona desértica donde se habían librado combates esporádicos, y de otro lado el flanco norte (marcado 7 en el mapa) apoyado en el río Éufrates y que precisamente había sido asegurado en julio por la Fuerza Tigre apoyada por milicias tribales.

Orden de batalla

De entre todas las fuerzas parece que las más potentes estaban empeñadas en la pinza más oriental. En el brazo norte de la misma se encontraban las conocidas Fuerza Tigre, una fuerza híbrida mecanizada y con vehículos Toyota apoyada intensamente por los excelentes Ka-52 y probablemente por fuerzas especiales rusas y otras unidades del ejército sirio, también es posible que contaran con apoyo de diversas milicias tribales y extranjeras, como las unidades palestinas. 
Ka-52 estos avanzados helicópteros rusos con grandes capacidades de reconocimiento tuvieron un papel importante dando apoyo durante la batalla.
En la zona sur de la pinza oriental también se encontraban fuerzas de la 1ª División Acorazada, de la 18ª División Mecanizada, del recientemente creado 5º Cuerpo, del 800º Regimiento de la Guardia Republicana y de la 38ª Brigada de la 4ª División Acorazada, estas dos últimas probablemente fueran las unidades más solventes del Grupo de Combate y probablemente contaban con apoyo aéreo ruso y quizás con fuerzas especiales rusas, igualmente contaban con unidades de Hezbollah y de la Liwa Fatemiyoun reclutada por Irán en Afganistán.

En cuanto a la pinza occidental, en el brazo sur es probable que se encontraran unidades del 5º Cuerpo y unidades motorizadas rusas equipadas con VCI BTR-82A. La composición general de las unidades de la zona nos es desconocida.

Lo que sí sabemos es que existen imágenes de los recientemente desplegados vehículos BMPT rusos, estos son Vehículos de Apoyo Pesado (VAP) sin equivalente en occidente y que probablemente fueron desplegados para tomar parte y ser evaluados en la ofensiva Palmira-Deir ez Zor, teniendo en cuenta esto y que en otras ocasiones la presencia de unidades rusas ha implicado la existencia de otros tipos de unidades es posible que hubiera más fuerzas, como baterías de artillería de BM-21 Grad o MSTA rusos o el recientemente desplegado MSTA-S. 
 El potente BMPT ruso cerca de Palmira.
En cuanto a los flancos creemos que en el sur se encontraban unidades iraníes y probablemente otras milicias sirias u extranjeras, como suele ser habitual. Respecto al flanco norte parece que tras haber tomado la zona y haberse retirado la Fuerza Tigre permanecieron en la zona milicias locales de la tribu Sheteitat de cuestionable valor combativo junto a otras unidades del ejército.

Cuantificar las tropas que tomaron parte en este ofensiva es muy difícil, pero por parte oficialista podrían ir desde los 5.000 hasta los 15.000 hombres, mientras que por parte de ISIS podría haber desplegados desde 1.800 hasta 6.000 hombres. Hay que tener en cuenta que a estas alturas de la guerra una ofensiva contra el desierto central de Siria implicaba poco menos que obligar a ISIS a emplear a todas sus tropas disponibles que según las estimaciones oficiales y teniendo en cuenta el gran desgaste sufrido en los últimos meses nos han parecido cifras aceptables.

La batalla

El día 12 de agosto por la noche se inició la batalla con el destacamento de la Fuerza Tigre helitransportado tras los yihadistas, aquel día se lograron avances de varios kilómetros en la zona, sin embargo los combates en As-Sukhna continuaban y el ISIS realizaba contraataques locales.

Durante aquellos días la fuerza aérea siria y la rusa atacaron a varios objetivos tácticos preestablecidos en los flancos orientales de la Fuerza Tigre, a la que también dieron un importante apoyo.

Los carros de combate lideraban la ofensiva, desde modificados T-55 hasta los vetustos T-72 Ural estos realizaban bombardeos sobre los puntos sospechosos de contener tropas del Califato, quienes usando sus ATGM se cobraron varias víctimas.

El paisaje era estalingradiano: En los pequeños pueblos del desierto se veían numerosos edificios en ruinas a causa de los intensos combates y de los bombardeos aéreos, la propaganda del ISIS aún estaba presente en la cartelería y en algunos edificios se apreciaban los emblemas institucionales del grupo.

La situación pareció estancarse mientras el día 14 los yihadistas lograron infligir una derrota menor a las tropas situadas en el flanco sur, sin embargo las tropas sirias expulsaron al ISIS definitivamente de As-Sukhna. En el resto del frente ISIS realizaba acciones de hostigamiento y golpes de mano constantemente.

Pero los yihadistas no permanecieron ociosos y realizaron numerosos raids contra posiciones aisladas que sucumbieron en medio del desierto.

El día 16 las fuerzas de la que sería la pinza occidental toman finalmente las alturas de Jabel Shaer y avanzan varios kilómetros en las líneas del ISIS, además la Fuerza Tigre avanza de nuevo varios kilómetros tras las líneas del ISIS, y desde el sur sus camaradas empiezan también a presionar. 
Situación el 16 de agosto.
 Las reservas dispuestas en los mentados ejes de ataque principales se disponen a copar a las fuerzas del Califato durante las próximas 24 horas.

El día 17 el frente de ISIS sufre una hecatombe. En la pinza occidental las fuerzas del norte y del sur avanzan varias decenas de kilómetros y cierran una gran bolsa del ISIS, además un ataque secundario desde el sureste también logra penetrar en el perímetro de la propia bolsa de resistencia. Las reservas de la Fuerza Tigre en lugar de seguir presionando hacia el sur donde ISIS está ofreciendo gran resistencia deciden emplear otra carretera para avanzar decenas de kilómetros hacia el oeste y casi embolsar a más tropas del Califato. 
Situación el 17 de agosto, descalabro del ISIS.
Durante aquellos días los yihadistas intentaron frenar el avance gubernamental tendiendo numerosas emboscadas y enviando a sus queridos Toyota armados con cañones automáticos de 23 mm para hostigar desde la distancia, por suerte estos últimos no eran una amenaza para los carros de combate, pero no ocurría lo mismo con el resto de vehículos.

Bajo el sol del desierto la Fuerza Tigre proseguía su avance, eso sí, siempre atentos a los temidos coches bomba que tanto daño habían hecho en el pasado y que por ahora no habían hecho apenas acto de presencia, para defenderse de ellos se habían montado cañones de 57 mm en camiones del ejército, estos cañones serían suficientes contra casi cualquier coche bomba, por muy blindado que estuviera.

Posteriormente se demostró que ISIS estaba preparando un T-55 bomba que habría sido impermeable a los disparos del 57 mm.

Para el día 25 de agosto ambas pinzas habían alcanzado sus objetivos creando tres grandes bolsas de resistencia, de las que para el día 29 de agosto sólo resistiría una de ellas, en la que además los ataques secundarios desde el sur y desde el norte estaban logrando avances significativos. 
Situación el 29 de agosto.
Pero entre el 25 de agosto y el 1 de septiembre ISIS no permanece de brazos cruzados y según se dijo movilizó a una fuerza de 500 hombres apoyados por carros de combate para realizar un contraataque local contra el flanco norte apoyado junto al Éufrates, allí logran una victoria menor y avanzan algo más de 12 Km. lo que probablemente obligó a los gubernamentales a distraer algunas fuerzas para reforzar a las débiles milicias que defendían aquella zona.

El ISIS había vuelto a aprovechar la noche y los núcleos poblados a las orillas del Éufrates para mover sus fuerzas sin ser detectadas y lanzarlas a gran velocidad contra las posiciones oficialistas, en las que las fuerzas defensoras a menudo abandonaron numeroso material, incluyendo piezas de artillería, carros de combate y cuantiosa munición. Entre los restos de la derrota un Toyota armado alcanzado por los yihadistas que ardía furiosamente daba fe de la intensidad de la batalla. 
Contraataque local de EI sobre el flanco norte a mediados de agosto.
El día 1 de septiembre el ejército sirio acabó con Abu Saraqabh Al Trablosi uno de los comandantes de ISIS más importantes en el perímetro embolsado.

Pero los combates estaban lejos de acabar, ya que Deir ez Zor seguía a 50-60 Km del frente para el día 1 de septiembre. Así se organizaron dos nuevos ejes de ataque; cabe puntualizar que desconocemos si esta parte de la operación estuvo prevista desde el principio o se improvisó a medida que ISIS dio síntomas de debilidad. 
Situación el 1 de septiembre.
El caso es que un eje liderado por fuerzas del ejército sirio emplearía la principal carretera del desierto, la de Palmira-Deir ez Zor para alcanzar esta última localidad, mientras que la Fuerza Tigre junto a unidades que desconocemos avanzaría por una carretera (por llamarla algo) cerca de Jabal Bushri, es decir eran dos ataques que desde el norte y desde el sur habrían de avanzar para converger sobre Deir ez Zor.

El día 2 de septiembre los grupos de combate se pusieron en marcha previsiblemente liderados por la Fuerza Tigre y los T-90A de la 4ª División Acorazada respectivamente y apoyados desde el aire por helicópteros rusos que probablemente se emplearon en misiones de reconocimiento para descubrir las más que probables emboscadas de ISIS a lo largo de las rutas de avance.

Para el día 3 la columna norte liderada por la Fuerza Tigre había llegado a apenas 3 Km de Deir ez Zor, pero EI realizó varios contraataques que impidieron que el cerco fuera levantado, entretanto la 137ª Brigada Mecanizada desde el interior del cerco realizó pequeñas operaciones para hostigar a los yihadistas.

Las fuerzas que avanzaban desde el sur se encontraron con mucha más resistencia de ISIS que tendió numerosas emboscadas exitosas. El hecho de que la carretera Palmira-Deir ez Zor fuera la más importante del desierto provocó que los yihadistas hubieran concentrado en la misma la mayor parte de sus esfuerzos defensivos. 
Situación el 3 de septiembre, avance oficialista hasta las puertas de Deir ez Zor.
Finalmente, el día 5 de septiembre tras intensos combates una pequeña unidad acorazada con varios T-62M y vehículos de recuperación que avanzaban junto a la Fuerza Tigre y que probablemente pertenecían al 5º Cuerpo atravesaron el cerco y se reunieron con las tropas de la 137ª Brigada que llevaba soportando un asedio de dos años. 
Situación el 5 de septiembre, ruptura definitiva del cerco.
Por desgracia las operaciones de la columna sur se dilataron mucho más tiempo debido a la resistencia opuesta por ISIS.

El día 7 de septiembre se divisó un enorme convoy con pontones y lanchas de asalto en pleno desierto. Aunque el cerco había sido roto aún había que expulsar a ISIS de la ciudad de Deir ez Zor, tender los puentes sobre el Éufrates y proseguir ganando terreno en la otra orilla para evitar que los kurdos se hicieran con el, pero esa, es otra batalla.

Análisis

Aunque por desgracia la cantidad de material audiovisual procedente de los gubernamentales es muy inferior al de los grupos rebeldes o el propio Daesh podemos deducir de las imágenes observadas que esta ofensiva ha sido eminentemente mecanizada, el mejor indicativo de esto ha sido la aparición de cantidades importantes de imágenes de vehículos de recuperación acorazados y otros que hasta ahora no habían sido habituales, un tipo de vehículos que sólo se despliegan junto a unidades de carros de combate.

Este hecho, unido a que probablemente hubo carros de combate que recorrieron más de 200 Km entre idas, venidas y maniobras a lo largo de dos semanas de combates fuera de carretera no deja de ser un logro para un ejército tan sumamente desgastado y apaleado como el sirio que apenas es capaz de movilizar una pequeña fracción de lo que sobre el papel parecía ser durante la guerra.

El empleo de medios acorazados ha sido fundamental para realizar una penetración decidida y profunda de las posiciones del Estado Islámico, que frente a cualquier otro tipo de medios y en muchas ocasiones podría haber llegado a frenar el avance gubernamental, cosa que finalmente no ocurrió, lo que permitió mantener el tempo y la sorpresa en esta modestísima ofensiva de maniobras.

Ante este ataque masivo, simultáneo, con un buen fuego de apoyo y realizado desde múltiples ejes se han puesto de relieve las principales carencias del Daesh, a saber:
1.     La carencia de reservas suficientes como para cubrir todas las necesidades en caso de ataques masivos a lo largo de frentes amplios.
2.     La limitación de los omnipresentes ATGM para detener ofensivas acorazadas decididas y lo suficientemente flexibles como para abrir nuevos frentes y cambiar los ejes de ataque.
3.     La incapacidad para emplear los escasos medios acorazados propios para concentrarlos en poco tiempo y crear unidades acorazadas viables para el contraataque o la reserva móvil. Recordemos que ISIS contaba con carros de combate T-72M1 en el desierto que podrían haberse enfrentado con garantías a los T-55 y T-62 oficialistas, cosa que por cierto ya ocurrió con anterioridad.

Recordemos que ISIS logró dejar fuera de combate a varios carros de combate Leopard 2A4 turcos en Al-Bab este mismo año, pero el problema no fue de los carros, sino del mal uso que se les dio, minimizando sus posibilidades y maximizando el potencial de los ATGM de Daesh. Por el contrario en este caso ante los ataques mecanizados masivos y simultáneos los yihadistas no han sido capaces de establecer una defensa coherente o de siquiera presentar una resistencia temporal a campo abierto. El incomprensible tiempo en el que ISIS derrotaba al gobierno a campo abierto ha pasado.

No parece que se hayan cometido los mismos errores que en el pasado, consistentes en sobreextender los flancos a costa de grandes avances que se acababan pagando con grandes retiradas y costosas bajas. Esto puede haberse debido a una mejora de los oficialistas, a la debilidad militar de ISIS o quizás a un plan de mucha mayor envergadura que simplemente ha sido demasiado para un grupo asimétrico.

ISIS demostró una gran habilidad para derrotar al gobierno durante el contraataque de Taqba haciéndoles retroceder 40 Km en apenas días y empleando sus propios medios acorazados, pero aquello no dejaba de ser un único ataque en una sola dirección, mientras que en esta campaña no hemos topado con varios movimientos de pinza simultáneos apoyados por ataques secundarios desde varias direcciones, lo que ha reducido a la mínima expresión la capacidad de respuesta del Califato que a pesar de su flexible estructura militar se ha visto desbordado por los acontecimientos.
El ISIS infligió numerosas bajas al EAS, en particular el empleo de tiradores de precisión en el desierto fue un dolor de cabeza constante para los oficialistas.
A pesar de todo durante el contraataque en el flanco norte en que EI recuperó 12,5 Km de territorio gubernamental se demostró que el grupo aún conserva capacidad suficiente como para realizar contraataques locales exitosos empleando cantidades pequeñas pero bien dirigidas de carros de combate, igualmente ISIS también ha puesto de relieve sus fortalezas: Su gran potencial para realizar emboscadas ha quedado demostrado cuando han detenido a la poderosa fuerza encabezada por la 4ª División Acorazada que avanzaba por la carretera Palmira-Deir ez Zor, además su recuperación tras haberse hundido el frente fue rápida y permitió coordinar esfuerzos para contraatacar sobre la Fuerza Tigre y detenerla por 48 horas cuando esta apenas estaba a 3 Km de Deir ez Zor. 
Fuerza Tigre es una fuerza privada que combina vehículos civiles armados, carros de combate, VCI y veteranos del EAS.
Aunque no ha trascendido a los medios los indicios apuntan a que hubo un importante apoyo aéreo ruso y sirio, en particular se ha hecho un buen uso de los helicópteros rusos, principalmente de los Ka-52 cuyas capacidades han podido ser explotadas en operaciones nocturnas y en el tan necesario reconocimiento para descubrir posibles emboscadas del ISIS.

La logística también ha tenido un papel importante en esta batalla, ya que teniendo en cuenta lo desacostumbradas que estaban las tropas sirias a realizar operaciones en profundidad con unidades relativamente numerosas y con material a veces recién llegado desde Rusia no deja de ser un pequeño triunfo, más aún teniendo en cuenta que las rutas de suministros a menudo se movían por caminos o carreteras mal asfaltadas por zonas llenas de elevaciones y depresiones, y todo ello en un entorno de desierto que desgasta a hombres y máquinas y en el que la navegación no es sencilla. El que dos días después de romper el cerco llegara una columna con pontones y lanchas de asalto da fe de una planificación inicial y de una logística decentemente preparadas. 
Convoy de pontones y lanchas de asalto en pleno desierto sirio rumbo a Deir ez Zor el 7 de septiembre.
Especialmente llamativo ha sido el hecho de que se avanzara casi 60 Km en dirección Deir ez Zor en dos días, teniendo en cuenta la experiencia de Taqba fue una jugada arriesgada, que de hecho se pago con numerosas emboscadas a lo largo de la carretera Palmira-Deir ez Zor, esto último sugiere que este avance tuvo más de improvisado que de planificado, sin embargo es cierto que quizás era el momento de mantener el tempo del ataque, aunque no estamos seguros de ello teniendo en cuenta que los grupos como ISIS tienden a caracterizarse por una flexibilidad táctica y estratégica muy altas.

Sería interesante saber cómo han funcionado los Estados Mayores en esta operación, ya que no olvidemos que involucraba a numerosas fuerzas del ejército sirio, de unidades privadas como la Fuerza Tigre, de milicias locales y tribales, de milicias extranjeras, de tropas iraníes y rusas y de aviación de ala fija y de ala rotatoria siria y rusa ¡un auténtico entramado multinacional! Lo único que tenemos claro respecto al mando es que en la carretera Palmira-Deir ez Zor uno de los mandos más importantes recaería sobre el General de Brigada Mohamed Khadour y en la zona liderada por la Fuerza Tigre sería su líder, Suheil al-Hassan quien dirigiría las operaciones. 
Comandante Suheil al-Hassan, líder de la aclamada Fuerza Tigre.
Concluimos pues que el EAS por fin se ha desquitado de algunas de sus avergonzantes derrotas contra Daesh en el desierto, y que por primera vez hemos visto una muestra a muy pequeña escala de guerra convencional, eso si, para alcanzar este éxito ha sido necesario un Daesh vapuleado en diversos frentes, así como un comprometido apoyo iraní y ruso.

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